viernes, 9 de febrero de 2018

Exála.

Se siente como ex alar después de contener el aliento por  mucho tiempo, volver a estar frente al fulgor de un corazón que se abre como una flor frágil y valiente, sin miedo a la exposición o al daño y a la vez aterrada de ser ella misma.
El sonido de las teclas reconforta, aunque para algunos vacío, para mi es como el hombro de un viejo amigo que te abraza, sin preguntas, como entendiendo.
Vuelven las noches quizás? no lo sé- Aprovecho el insomnio amigo y costoso de hoy viernes, la única noche fresca de este enero.
Puedo sentir todo a la vez. como si se abriese un frasco que encierra mariposas. El amor y el dolor, la ira, enojo, pasión, perdón.
Quizas es solo la tristeza  quien se atreve a abrir la tapa del mismo, y aleluya que así sea.   Vuelo hacia mi hogar, me libera y siento  el frío cemento bajo mis pies desnudos, el rocío de la madrugada y tu vos grave y calma, segura, feliz. te veo en  medio de la huerta sonriendo y que ganas de correr a vos, que me abraces y no digas nada para así entender que todo va estar bien. pero no puedo, aunque en este frío aparato siento que puedo encontrarte, dentro de mi, en mis recuerdos, en mis noches de lunática.
Entre tantos recuerdos, tantos conflictos sin resolver, tanto remordimiento y culpa, responsabilidades y dolor, tu recuerdo amoroso junto a los ojos de mis hijos aparecen como una luz cálida, amable como sol de septiembre y me acuna, me perdona. Me das la manguera y riego los tomates, tomo el control y con una sonrisa, el sueño vuelve a mi-