lunes, 5 de abril de 2010

Apareciste en mi vida


Apareciste en mis días cálidos y despreocupados como un ángel herido, como una torrencial lluvia, como una mariposa, como una niña. De improviso te aferraste a mi vida, y no lo evité. Te observé azul, fría, misteriosa. Te observe verde, alegre y en perfumes fuertes; te observe en rojos de locura y desilusión. Te observe pálida, suave, serena, desnuda.De tantas formas te contemplé…De tantas formas te ame.Sos para mi, vida, el recuerdo y el anhelo de esos días de juegos y de sueños, de esa infancia dorada refugio tibio de mi melancolía. Sos la tierra húmeda donde me detengo a meditar sobre lo que quiero y hacia donde van mis pies. Sos las noches en suspiro y la humedad entre tus piernas. Sos el gemido gozoso e indiferente a las distinciones.Sos tan parte de mí. Tus manitas tiernas se aferraron y no me soltaron: no pasará un día en que no te lo agradezca. Y si es verdad que te lastime, que deje libre oscuros deseos y palabras infames, si es cierto que no te doy todo lo que tu pecho necesita solo te pido perdón, y espero que entiendas que este cuerpo, que este espíritu tan herido y golpeado por la soledad y la indolencia, siempre deseo lo mejor para vos.Quisiera llenar tu pecho con alegres melodías, con aromas de café y pan recién horneados por la mañana, con sabanas suaves, con el ruido de los pájaros y de diminutos bichitos multicolores, con plantas, con flores, con frutos frescos y dulces.No te quiero en la sombra de lo que lo imbéciles adoran, no te quiero lastimándote por no ser lo que mundo exige. No te quiero complicándote con mis ideas, no te quiero haciendo cosas que no te gustan. Te quiero pura, libre, siendo lo que queres ser, lo que siente ser, lo que surja, hacia donde las brizas de lavanda y jazmín te lleven. Te quiero feliz, sonriente, parlanchina, risueña, graciosa, dulce, inocente… mía.Quiero que escuches a tu corazoncito hermoso y que encuentres tus verdades simples y tus valores nobles. Los protejas, los resguardes y los ames. Yo solo soy un ser más que se ha cruzado en tu vida, y que nunca la dejará. Sólo puedo darte mi amor, algo de mi tiempo, mi fragilidad, mi melancolía, mis fantasías y mis ganas de huir lejos. Soy esto que vez, estos huesos fríos y esta carne ansiosa, soy esta herida que reclama mimos y tus cálidos abrazos. Soy en lo que me ha convertido tu amor.Dame tus manitas, camina conmigo, caminemos juntos hacia el Sol, hacia la pradera, hacia las arenas blancas, hacia los cuerpos dorados, hacia los campos fértiles…… hacia nuestros sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario