No hay nada mas fuerte que el anhelo de aquello que casi existió, la fantasía de lo que podria haber sido llenó vacios ignorados, colmandolos de nectar, endulsando la amarga rutina hasta volverla empalagosa e irreal, como un sueño del que no se quiere despertar.
No hay proeza mas valiente de quien sin miedo al fracaso se atreve a encabezar la primera linea de tiro, a corazon abierto, cara pintada y gesto gerrero, corazón en mano, dolor al viento, corriendo al ataque con bandera en mano de color rojo intenzo, la sangre en los ojos y el pelo revuelto se acerca al objetivo sudando y temblando sin pensar en si atreverce o no, solo ir tras el impulso de sus latidos, llegar al encuentro y con la fuerza de un suspiro declarar con un beso tierno y humedo la gerra mas injusta y librada de éste mundo, con una caricia entregar las armas y rendirce ante el amado y deseado enemigo que gana en su pestañar, en cada mueca y en su andar, toda batalla en la cual halla tenido esperanza de conquistar.
La victoria en ésta milenaria pugna siempre ah sido trascender atravéz de la memoria de quien se ama.
El triunfo de la contienda es vivir eternamente en los otros, burlarce de la muerte escapando al paso del tiempo en los recuerdos añorantes de almas que fueron una con la nuestra, asi ese encuentro halla sido tan efimero como el vuelo de una burbuja.
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